La presión puede paralizarte o impulsarte. Aprender a gestionarla es tan importante como tu preparación física o técnica. Aquí encontrarás tres estrategias prácticas para que el estrés deje de ser un enemigo.
1. Reconoce tus señales
- Observa tu respiración, ritmo cardíaco y nivel de tensión muscular.
- Anota en un diario cuándo se disparan tus nervios.
2. Técnicas de regulación inmediata
- Respiración 4‑7‑8: inhala 4 s, retén 7 s, exhala 8 s.
- Autohabla positiva: sustituye “no puedo” por “estoy preparado”.
- Anclaje físico: presiona un dedo contra el pulgar mientras respiras profundo.
3. Integración en la rutina
Crea un “ritual pre‑competición” (música, visualización, palabras clave).
Empieza cada entrenamiento con 2 min de respiración consciente.
Convertir la presión en activación es posible con práctica. Si quieres aprender un plan completo y adaptado, charlemos por WhatsApp y ajustamos tu estrategia personal.